domingo, 19 de diciembre de 2010

ANGEL CAPPA El Alumno

ANGEL CAPPA

El Alumno


Se reconoce admirador de la cátedra que Menotti siempre profesó: juego lírico, juego elegante, juego de alta diversión. Acompañó a su maestro en la Selección, Boca y Peñarol. Luego hizo dupla con Valdano y logró una Liga con el Real Madrid. Hasta que decidió independizarse. Ángel Cappa, filósofo, entrenador antes que director técnico, férreo amante del buen fútbol que hoy no logra verse.

Es una manera que el fútbol moderno tiene para defenderse, para continuar con su reinado de largos pelotazos y partidos aburridos, y sólo el resultado y qué importa el resto, que nada ni nadie logre insertarse en él e intenté entonces acostarlo en la cama de una cirugía de pases cortos y gambetas dulces y fútbol estético. Lo hace simple: mantiene lejos a quienes son capaces de realizar ese cambio, portadores del borrador de las flechas y las carcelarias indicaciones que el pizarrón guarda. Permite que caminen por sus dominios los amantes del ganar y sólo ganar, defender y defender, pragmatistas, hagamos tiempo que vamos ganando uno a cero, muchachos, que si no me echan.
Ángel Cappa es una de las tantas personas que piensan en un fútbol ganador, pero un fútbol ganador “respetuoso de nuestra alegría, de nuestro gusto y de nuestra identidad”. Enemigo aunque buen conocedor del juego que hoy se vive, el ex entrenador de Racing Club y Las Palmas grita su ideología: “Soy un aplicado alumno de Menotti”.
Y bien se sabe la cátedra que Menotti dicta. Fútbol sonriente, pases saludables, juego lírico y poético, jugadores que primero se divierten por jugar y luego por saber que han ganado, pero recién luego. Y Cappa apuesta sus fichas a ese juego. Intentó hacerlo en todos los equipos que supo conducir. Pudo en algunos, tal vez no en otros, pero su filosofía siempre se mantuvo limpia y clara, firme: “Lo que pasa es que el resultado no le va a dar la razón a nadie, no va a definir nada. Es una pena que fracase una obra de Shakespeare, pero eso no significa que Shakespeare sea un mal escritor”.
El romance con esta forma de vida, de sentir el fútbol, logró fortalecerse cuando Cappa se alió a César Luis Menotti en 1981, primero dirigiendo a la Selección argentina en el Mundial de España ´82 y luego al Barcelona de España, donde conquistaron una Copa del Rey. Luego se independizó de Menotti pero no de sus ideas. Dirigió a Banfield en dos oportunidades y a Huracán en el Nacional B. Pero no soportó el no rezar con su dios. Y retornó al lado de Menotti para conducir a Peñarol de Uruguay y a Boca Juniors.
A principios de la década del noventa, Cappa retornó a la España de su exilio -antes se había ido en la época de la dictadura- y comenzó a trabajar junto con otro partidario del fútbol gallardo y donoso, el hoy Director Deportivo del Real Madrid, el argentino Jorge Valdano.
Dirigieron primero al Tenerife de España. Lograron allí un 13er, un 5to y un 10mo puesto. Pero la afición del elenco de las Islas Canarias los recuerda por algo más que aquellas campañas: Valdano y Cappa supieron arruinarle dos campeonatos de Liga ni más ni menos que al Real Madrid, donde luego aterrizarían con sus valijas de juego bien vestido.
Ya en el club de la Casa Blanca, la dupla argentina -“Yo no era ayudante de campo, sino que formábamos una dupla”, dijo alguna vez Cappa- formó un equipo de grandes jugadores, Raúl, Amavizca, Hierro, Laudrup, Redondo, Luis Enrique, Zamorano, y consiguió lo que hacía cuatro años el Real no conseguía: el título de Liga.
Luego, Cappa se divorció de su compañero y comenzó a construir una ruta propia. Se sentó en el banco de Las Palmas, de la Segunda División de España, y junto con los argentinos Walter Pico y El Turu Flores logró una interesante campaña de abultados números y sonrisas de afición.
En 1998 se topó con la piedra más grande de su carrera: Daniel Lalín le llamó para ser el director técnico de Racing Club. Ángel asentó con la cabeza y el corazón y se vistió con las ropas de la presión y una hinchada que hacía más de treinta años gritaba la presión de ser campeón de una vez por todas.
Y cuánto conocía su objetivo: no ser carne de aquel club despedazador de entrenadores.
Y aunque acaso finalmente lo haya sido porque no logró el campeonato -alcanzó el segundo puesto junto con Gimnasia de La Plata en el Apertura 1998 que ganó el Boca de Bianchi-, Cappa consiguió algo que muy pocos directores técnicos consiguieron por aquellas épocas de noches sin muerte. Que la gente no quisiera que se fuera y exigiera su retorno cada vez que un entrenador abandonaba, desdichado, la labor de dirigir a Racing.
Salvo El Coco Basile y él, nadie había podido sumergirse en el cariño de la hinchada hasta la llegada de Reinaldo Merlo, el redentor, el salvador, quien abrió las aguas rojas del sufrimiento, dios que acabó con el largo reinado del diablo.
Pavada de logro.          
Y aquel gordo logro gracias a sostener y practicar una idea, su idea y la de tantos, gambetas en lugar de patadas, pelar billetes de buen juego antes que contentarse por defender bolsillos de labios cerrados, querer divertirse y jugar bien para arribar a la ruta del ganar y así ser felices como hace mucho no lo somos, y no ganar por ganar para luego aullar un festejo vacío.

Con sabor a mí
·          Nació en Bahía Blanca en 1946.
·          Como futbolista fue volante central. Jugó en Olimpo y en Villa Mitre, siempre en Bahía. También integró el seleccionado de la Liga del Sur.
·          Se recibió de entrenador en España. Dirigió tres años a los juveniles de la Federación Castellana. Desde 1981 colaboró con César Menotti en la Selección argentina y en el Barcelona de España.
·          Luego se independizó y dirigió en Argentina a Banfield y Huracán. Después estuvo en Peñarol y Boca, nuevamente con Menotti.
·          Regresó a España y formó una dupla con Jorge Valdano. Condujeron al Tenerife y después al Real Madrid, donde consiguieron una Liga.
·        Se independizó por segunda vez y comandó los destinos de Las Palmas, de la Segunda División de España. Su último trabajo fue Racing Club de Argentina, en 1998.

No hay comentarios:

Publicar un comentario